Es frecuente que cuando se nos plantea un problema jurídico únicamente veamos como solución la inmersión en un lento, farragoso y caro proceso judicial clásico como forma de resolver el conflicto. Sin embargo, esta afirmación no siempre se corresponde con la realidad. Si bien es cierto que muchos de los problemas que pueden surgirnos únicamente se solucionaran mediante el auxilio judicial, ello no obsta a que en otros muchos casos existan alternativas a la acción de la Justicia como formas de resolver el conflicto.